Que sí, que sí, que puedes hacer que tus flores cortadas duren más y no, no necesitarás ni lejía ni ninguna otra cosa. Te cuento.
Cuatro consejos de cuidado para que tus flores duren más
1. Retira todas las hojas verdes del tallo que pudieran estar en contacto con el agua
Antes de nada, y aunque parezca obvio, asegúrate de quitar la goma, el envoltorio o el papel con el que te entregan las flores. Luego, cuando vayas a colocarlas en el florero o jarrón, corta todas las hojas que quedarán por debajo del nivel del agua. La razón es que con el tiempo, se pudrirán y lo ensuciarán. No se trata solo de una cuestión estética, sino que esto hará que aparezcan bacterias que no son beneficiosas para la flor.
Pero sí, he de decir que desde el punto de vista estético, queda mucho más bonito ver los tallos limpios a través de la claridad del agua, sobre todo si, como yo, adoras los jarrones de cristal.
2. Corta la flor al bies o transversalmente
Lo siguiente que te recomiendo es que cortes los tallos al bies o transversalmente. Lo ideal sería que lo hicieras con un cuchillo bien afilado y con sumo cuidado. Se trata de hacer el corte de forma limpia para que la flor tenga la mayor superficie posible en el mejor estado posible para absorber el agua. Las tijeras, pese a que muchas veces las utilizamos para cortarlas, chafan la zona y pueden aplastar el tallo.
3. Presta un cuidado especial al agua
Pon las flores en agua en un jarrón limpio. De nuevo, puede parecer una obviedad, pero notarás la diferencia si te ocupas de retirar cualquier resto que haya podido depositarse en el jarrón. Luego, llénalo con bastante agua para que tengan suficiente. Idealmente, recomiendo usar agua más blanda o mineral, como el que puedes recoger de la lluvia o en esas fuentes o manantiales en la sierra (que no lleve cloro ni otros productos químicos). Te doy este dato para que lo conozcas, pero tampoco es cuestión de ponerse tiquismiquis. El agua del grifo de Segovia es suficiente ya que no es muy dura.
Si se trata de un ramo que te han regalado o que te has regalado a ti misma, lo ideal sería que el agua cubriese justo por debajo del punto de atado, hasta donde esté la rafia natural que ata el ramo.
Si observas que el nivel del agua disminuye con los días, ve rellenando el jarrón, porque hay flores que absorben mucha agua. Además, a lo largo de la vida de la flor, si ves que el agua se ensucia, es buena idea ir cambiándolo.
Ahora, déjame que te desmote las leyendas urbanas de echar unas gotas de lejía o meter una aspirina, o incluso azúcar, en el agua. La lejía, por ejemplo, no se usa para aumentar la durabilidad de las flores, sino para desinfectar y que no se creen bacterias, pero no aporta nutrientes. Yo te diría que no es necesario echarla.
La aspirina o el azúcar, por su parte, se usan para aportar nutrientes al agua y por tanto, a la flor, pero lo que hacen es ensuciar el agua, por lo que se generan más bacterias; esto, de por sí, perjudica a la flor.
Yo soy más partidaria de cuanto más natural, mejor. Pero si quieres usar algo, opta por uno de esos preparados especiales para flores que aportan nutrientes y mantienen el agua limpia.
4. Coloca las flores en ese lugar especial
Ya tienes listas tus flores en tu jarrón, ahora disfruta de elegir ese rincón especial con el que buscas aportar un toque de color y vida. Te diría, eso sí, que procures que sea un lugar en el que no les dé la luz del sol directamente. Además, en otoño e invierno, intenta que el jarrón esté alejado de un foco de calor (la calefacción), puesto que el calor disminuirá su duración. En verano, también es recomendable que no estén cerca del aire acondicionado, pues ese aire frío, de forma directa, no es bueno para las flores. De nuevo, es poner en práctica un poco el sentido común, pero solo el hecho de darles un cuidado especial y dedicarte ese tiempo para ti te hará sentir genial.
Si te han ayudado nuestros consejos o conoces alguno más escríbenos un comentario bajo esta publicación para compartirlo con todos nuestros seguidores 😀
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